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miércoles, 7 de febrero de 2018

Ese pálido punto azul...

En 1977 la NASA lanzó al espacio la sonda Voyager 1, con la misión de localizar y estudiar los límites del sistema solar. En 1990 cuando la sonda se encontraba a unos 6000 millones de kilómetros de la Tierra, más allá de la órbita de Plutón, un famoso científico propuso orientar la sonda hacia nuestro planeta para echar un último vistazo a la Tierra.

De esa última mirada de la Voyager 1 obtenemos la imagen más lejana jamás tomada de la Tierra. Tras ver la imagen de nuestro hogar en esa impactante fotografía, este hizo la siguiente reflexión…

Eso es aquí, es nuestro hogar, somos nosotros, en él, todos aquellos a los que queremos, todos a los que conocemos, todos aquellos de los que hemos oído hablar, todos los seres humanos que han existido, han vivido sus vidas. La suma de nuestra felicidad y sufrimiento, miles de confiadas religiones, ideologías y doctrinas económicas, cada cazador y recolector, cada héroe y cobarde, cada creador y destructor de la civilización, cada rey y campesino, cada joven pareja enamorada, cada madre y cada padre, cada niño con esperanza, cada inventor y explorador, cada profesor de valores, cada político corrupto, cada superestrella, cada líder supremo, cada santo y cada pecador de la historia de nuestra especie, ha vivido ahí. En una mota de polvo suspendida sobre un rayo de luz del sol.

La tierra es un escenario muy pequeño, en un enorme ruedo cósmico, piensa en los ríos de sangre derrama por todos aquellos generales y emperadores, para que con su gloria y su triunfo, pudieran llegar a convertirse en dueños momentáneos de una fracción… de un punto. Piensa en la infinita crueldad presenciada por los habitantes, de una esquina de ese pixel, e infligida por los apenas distinguibles habitantes de cualquier otro rincón… cuán frecuentes sus malentendidos, cuántas ganas de matarse los unos a los otros, cuán ferviente su odio.

Nuestras poses, nuestra imaginada autoimportancia, la ilusión de que tenemos alguna posición privilegiada en el universo, todo eso se ve cuestionado por ese punto de luz pálida, nuestro planeta es una mota solitaria, en la enorme y envolvente oscuridad cósmica. En nuestra oscuridad, en toda esa inmensidad, no hay ningún indicio de que vaya a llegar ayuda, desde algún otro lugar para salvarnos de nosotros mismos. 

De momento la Tierra es el único mundo conocido que se sabe que alberga vida, no hay ningún otro lugar, por lo menos a corto plazo al que pueda migrar nuestra especie. Visitar sí, ¿asentarse?, aún no; nos guste o no, de momento la Tierra es el lugar en el que podemos sobrevivir, se ha dicho que la astronomía es una experiencia humilde que forja el carácter. 

Quizás no haya mejor demostración de lo absurdo de la arrogancia humana, que esta imagen tan lejana de nuestro minúsculo mundo, para mí subraya la responsabilidad que tenemos de tratarnos los unos a los otros con más amabilidad. Y de preservar y cuidar mejor ese pálido punto azul. 

El único hogar que hemos conocido jamás…

Sin duda, no me atrevo a añadir nada más a este post, pues el gran Carl Sagan ha expuesto nuestra realidad de una manera clara, esa que sabemos y no entendemos o no queremos aceptar. Solo me gustaría preguntarte una cosa, ¿tú te consideras destructor o constructor de nuestro planeta, de la sociedad?... no respondas tan rápido, piensa que si todos decimos constructor, ¿por qué la Tierra y sus seres vivos sufren así por nuestra culpa?...

Acepta que eres parte del problema, de algo muy muy serio, tú eres el problema, no puedes seguir negándolo, el cambio te persigue, no luches más, entra en él y compórtate como un adulto de la nueva era, como la persona encargada de cuidar nuestro pequeño pálido punto azul.


2 comentarios:

  1. MARAVILLOSO PUNTO AZUL que me obligas a verme humilde y reflecxionar sobre mi IDENTIDAD?

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