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miércoles, 31 de enero de 2018

Pidiendo un deseo

¿Cuántas veces te han preguntado, si pudieras pedir un deseo, cuál sería?... - ¿solo uno?... es difícil decidirme únicamente por uno -, habrás pensado. 

Y dime, ¿pedirías un deseo para ti o para beneficiar a todos?... lo lógico para la mayoría es pedir ser ricos, al fin y al cabo, en este mundo el dinero es el que manda, y con él, se puede hacer casi de todo aunque corras el peligro, de que te conviertas en un egoísta, ¿o no?, otros pedirían tener la salud que no tienen o la de algún familiar, o tal vez la ansiada inmortalidad que el hombre tanto persigue. Quizás otros desean resucitar a alguna persona, o viajar al pasado para comprobar ciertos datos históricos, o al futuro, donde tal vez la gente se respete más, e incluso algunos querrán asesinar a otras personas u otros pensamientos más macabros… da miedo solo pensarlo.

A lo mejor, tú piensas que pedirías acabar con el hambre, o con las guerras, tal vez con las enfermedades o con una de tantas desgracias que azotan cada día a millones de personas. Lo que está claro, es que pidas lo que pidas, o bien deseas algo para ti particularmente, o lo destinas a una causa mayor, pero aun así, no podrías arreglar todos los problemas del mundo entero.

Yo personalmente reflexionando, iría más allá, y pediría ser un dios todopoderoso, así podría ir ordenando todo lo que el hombre ha reventado, y sinceramente, aunque suene prepotente, creo que lo haría mejor que todos estos dioses en los que creen la gente, y que de “existir” no hacen nada por el planeta y la vida que contiene.

Lo primero que haría como dios, sería infundir en la humanidad como sentimientos o sensaciones prioritarias y las más importantes, la empatía, la compresión, la compasión y el amor a todo lo que nos rodea; de igual manera, rebajaría a su mínima expresión en el hombre, el odio, la ira, el egoísmo y la indiferencia, pero no los quitaría, porque es parte de su naturaleza. 

Esto ayudaría al siguiente paso, que sería introducir un deseo irrefrenable de un mundo justo, para que todos viviéramos igual, con todas las comodidades y sin dañar al medio ambiente, respetando cada vida animal y vegetal que hubiera en la tierra. Un lugar en donde convivir en paz, sin guerras, en armonía y preocupación por los demás, creando un sentimiento de conexión entre todos, sin divisiones, ni estados.

Esto produciría una caída de la estructura económica que hay alrededor del dinero, destruyéndolo, así todas las personas trabajarían solamente para evolucionar a una especie humana basada en la caridad, con una tecnología capaz de curar cualquier enfermedad, alcanzar cualquier meta y desarrollarnos más allá de las estrellas.

Un planeta en donde toda persona, animal y ecosistema cuente de verdad, donde no se impongan las opiniones; lo único que yo eliminaría es la malicia, para que el corazón del hombre no se corrompiera y como norma principal, el amor y la evolución desde la misericordia. No quitaría el sufrimiento del todo, pues esto nos ayuda a mejorar, pero si estaría siempre arropado por la preocupación sincera y comprometida de los demás.

Y luego, después de la muerte inventaría algo, para que ningún ser experimentara el miedo a la nada, sabiendo con certeza, no como las religiones de ahora, que los difuntos están reunidos en lugar donde continuarán sus vidas de otra manera y no perderán su identidad, incluso habría una conexión entre vivos y muertos… nada de tanto misterio absurdo y falso.

Crearía una sociedad tan evolucionada, solo afanada en hacer el bien, convivir y disfrutar de la vida, que yo les concedería todos los secretos del universo, para que los utilizaran para el bien común de la humanidad. Es verdad que limitaría un poco su libertad, su libre albedrío, para que el hecho de realizar actos malvados sean rechazos rápidamente en su propia naturaleza; y creo que valdría la pena el canje.

Una vez, viendo el futuro en su plenitud, que todo fuera bueno, asegurándome que en el transcurso de la historia de la humanidad, a lo largo de los siglos venideros el hombre disfrutará de prosperidad y felicidad escrutando hasta el infinito su camino, entonces, quedaría una última cosa que hacer.

Para no incurrir en mi propia corrupción e interés, una vez comprobado todo esto y dejando garantizada nuestra especie y el planeta, como algo realmente grandioso, perdería todos los poderes para volver a ser un ciudadano más y disfrutar de este maravilloso mundo creado, un cielo en la tierra y aún más.

Este sería mi deseo, creo que bien aprovechado y justo para todos… dime, puestos a imaginar, ¿qué te parece, harías tú lo mismo?.

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