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domingo, 19 de febrero de 2017

La sociedad de la abundancia

Hace mucho tiempo, en la época de la Grecia Clásica, podíamos encontrar un símbolo bien conocido, el Cuerno de la Abundancia o Cornucopia, que tiene dos posibles orígenes dentro de la Mitología Griega, uno a través del dios Zeus y otro a través del héroe y semi-dios Heracles (Hércules).

En el primero de los casos, muy resumido, la mitología nos cuenta que cuando Zeus, recién nacido, debe ser ocultado de su padre Cronos, el devorador de hijos, es enviado al Monte Ida, en la isla de Creta para ser cuidado por distintas divinidades, entre las que destaca la cabra Amaltea, diosa nutridora.

Según nos cuenta el mito, Amaltea amamantó a Zeus en sus primeros tiempos. Un día, sin embargo, entre juegos, el poderoso Zeus rompió uno de los cuernos de su niñera, y en compensación por la amputación, el dios le otorgó poder al cuerno caído, que empezó a brotar viandas y alimentos de todo tipo.

La segunda versión, menos popular, remite el origen del Cuerno de la Abundancia al enfrentamiento entre Aqueloo y Heracles. Aqueloo, divinidad del río con el mismo nombre, era pretendiente de Deyanira, la tercera mujer de Heracles, por lo que cuando Heracles la vio y se enamoró de ella, tuvo que luchar contra esta divinidad. Tomó entonces Aqueloo la forma de un prodigioso toro para embestir a Heracles, pero el semi-dios le derrotó sin dificultades y rompió uno de sus cuernos, de los que brotó también el alimento y la prosperidad.

Es un símbolo muy representado en muchas deidades, según esta leyenda, la Cornucopia da bienes y nunca se agota.

Esta simbología es claramente representativa de la sociedad en donde vivimos, me refiero por supuesto al modo de vida del primer mundo, donde creemos que coexistimos con este Cuerno de la Abundancia; ya que vayamos a donde vayamos, nos encontramos Cornucopias de todo tipo de cosas, como supermercados donde nunca faltan alimentos, otros utensilios y caprichos, abundantes tiendas de tecnologías, multitud de restaurantes, empresas, tonterías varias, servicios de todo tipo, que aunque no sean gratis, están a nuestra disposición las veinticuatro horas del día, para satisfacer todos nuestros deseos, necesidades y antojos.

¿Eso es malo?... pues depende, porque si disfrutamos de esta abundancia, a costa de la vida de millones de personas del tercer mundo, si contaminamos el planeta de una manera alarmante, si masacramos animales a nuestro antojo, jugamos con nuestra propia salud y hacemos lo que nos da la gana con el entorno, y en general con los seres vivos que nos rodean… entonces no es malo… ¡es una gran aberración!.

Y es que a diferencia de la Cornucopia de Amaltea, donde los recursos salían de ella sin más, por arte magia, en nuestra realidad, cada vez que sacamos algo de este cuerno prodigioso, a algo o a alguien le está afectando, pues no es mágica, requiere un sacrificio energético, humano, logístico, animal, vegetal, ambiental o de otro tipo.

Pero parece… bueno, parece no, es que eso nos da igual, pasamos olímpicamente de todo, con tal de obtener lo que queremos en cada momento. No somos conscientes de esto, porque no queremos ver la realidad, no nos interesa saber el sufrimiento animal que hay detrás del abrigo de piel que te has comprado, o de la explotación de adultos y niños que hay detrás de las grandes marcas de ropa, ordenadores, móviles u otras muchas cosas. Corporaciones como puede ser Apple, Zara, Levi’s, Google, Nike, Adidas, Coca Cola, Sony, McDonald’s, Samsung, Chanel, Mercedes, Endesa, Nestlé, BBVA, y miles y miles de marcas y empresas que están reventándolo todo.

Este Cuerno de la Abundancia está manchado de sangre, y no concuerda para nada con el significado del otro, es mucho más malévolo, comodidad a coste de vidas; aunque en la mitología griega los dioses no eran precisamente, buenos ejemplos de vida. Quizás como nos pasa a nosotros, a ti en concreto, que te crees dios de todo, piensas que tienes permiso para hacer con la vida en general, lo que te dé la gana, sin respetar a los demás seres; ¡pobre ignorante!, cuando te des cuenta habrás desaparecido de la tierra, pero tu daño persistirá más allá en el tiempo... por desgracia.

Sin embargo, como siempre, a todo esto yo le hago una lectura alternativa, a esta atrocidad le podemos dar la vuelta, pues, si es cierto que no somos dioses (ni falta que hace), en vez de buscar estas Cornucopias con desesperación para ser feliz, dañando cada vez más esta tierra tan desbastada, si podemos ser unas verdaderas Cornucopias nosotros mismos. Cada uno puede donar muchas de sus virtudes, puede derramar su amor por los demás, y así entender que el tesoro que buscamos habita dentro de nosotros, solo cuando lo damos sin reserva a los demás.

Es como una llama, que se extingue si la contienes para ti, sin embargo crece, si la usas para mejorar este mundo, por eso, deja devorar la abundancia de esta sociedad, deja de parecerte al dios Cronos que era un devorador de hijos, y necesitaba de sus sangres para saciar su sed, como esta sociedad, como tú, ¿verdad?; así mientras la uses seguirás siendo como un vampiro, robando vidas y la esperanza de un mundo mejor. 

Por eso te comento, eres una preciada Cornucopia, no malgastes tu vida con tonterías, lo que te digo es muy serio, actúa, muévete y soluciona los problemas de tu entorno, haz de esta vida algo grandioso. Que el que lo necesite pueda acercarse a ti y no reciba un no por respuesta, si ha sido merecedor de ella.

Que no te ciegue esta sociedad de consumo, mira la realidad de frente, entiende que las grandes oportunidades para ayudar a otros rara vez llegan, pero las pequeñas, nos rodean todos los días… razona, ya no puedes seguir más así…

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