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miércoles, 21 de diciembre de 2016

Libertad entre líneas

Todos somos seres de la misma especie, venimos de los homínidos y nos hacemos llamar seres humanos, nuestras diferencias entre nosotros solo son características físicas externas, como el color de la piel, los rasgos de la cara, altura, color de pelo, color de ojos, etc. Pero luego, por dentro somos exactamente iguales, con los mismos órganos, capacidad intelectual y el mismo número de cromosomas.

Un médico puede operar a un americano, igual que a un chino o a un etíope, pues somos exactamente iguales. Todos pensamos, reflexionamos, buscamos mejorar, amar y desarrollar relaciones con nuestro entorno; nos reímos en el cine, ante la misma película que se estrena en todo el mundo, lloramos cuando perdemos un ser querido, tenemos un mismo sentir y aunque unos tengan más dinero que otros, al final, la sangre sigue siendo roja en todos los cuerpos y las lágrimas saben a mar.

Ante estas evidencias, el ser humano supuestamente, no debería tener ningún problema a la hora de avanzar juntos y convivir mezclados todos entre sí. Sin embargo, desde que tenemos conocimiento, el hombre ha trazado una serie de líneas imaginarias en la tierra, grabándolas a fuego, en el corazón de las personas.

Como si fuéramos una manada de lobos o de leones, hemos defendido estos territorios con la vida y hemos creado una serie de culturas, pensado siempre que la nuestra es la mejor y rechazando las demás; siempre apoyado por la disparidad de nuestros pequeños rasgos externos que nos diferencian.

Piénsalo, de verdad, ¿tiene esto mucho sentido?...

Líneas que se mueven, y se desplazan, que se borran y de repente toman otro color, adquieren las propiedades de la bandera que las hondea. A partir de este momento comienzan los conflictos, un tira y afloja, para recuperar terrenos perdidos, para ser más grandes, para abarcar más y demostrarles a los que están detrás de esa línea, que nosotros somos mejores que ellos; y que no se pasen ni un pelo, ni pongan un pie en estas tierras, pues no les pertenecen…

No sé si eso podría tener alguna lógica hace ya algunos siglos, pero ahora, no podemos seguir escondiéndonos detrás de estos pensamientos arcaicos. Date cuenta, que somos esclavos de estas fronteras invisibles, como si dentro de ellas nos encontráramos a salvo y en el momento que ponemos nuestro cuerpo fuera de ella, todo es peligroso, es diferente y hay que estar alerta.

¿Sabes quién nos da la mejor lección de que todo esto es una invención estúpida y no tiene consistencia ninguna?, pues es la naturaleza; te aseguro que un tornado que llegara a Cuba, podría desplazarse hacia el Golfo de México, pasando por el Yucatán, subir hasta Nueva Orleans o atravesar Florida, y no pide permiso para entrar en los diferente estados, ¿dónde están ahora esas estúpidas líneas blancas?, ¿acaso el único afán en esta situación, no sería combatir la tormenta, ayudándonos los unos a los otros, por ejemplo?.

Cincelamos estas líneas en la tierra, con ganas de guerra, con odio y un afán de superioridad, ¿para demostrar qué?, ¿qué tu color de piel blanca te hace más fuerte?, ¿acaso no está latiendo mi corazón a sesenta y cinco pulsaciones, al igual que el tuyo?, ¿tus ojos rasgados te hacen superior a mí?, entonces, ¿por qué no dejamos de hacer el imbécil, y borramos estas rayas divisorias para que nuestra única identidad sea la especie humana?.

Hay que dejar de darle tanta importancia a estas fronteras y otorgárselas a las personas.

Claro, el problema entre otros, es que no podemos permitir que el tercer mundo nos invada, porque si no, el primer mundo, no disfrutaría de todos los privilegios que tiene; esto es lo que le dice, - tú ahí, en tu tierra, produciendo para mí -. Es lamentable que después de más de cinco mil años de historia, sigamos marcando el territorio y enseñando los dientes, como unos simples perros o gatos.

Muchos, no solo necesitan de estas fronteras para negocios y explotación, sino más bien, porque sienten miedo de las demás civilizaciones, del daño que les puedan infringir. Aquí como siempre la culpa la tienen los políticos y las religiones, que incitan al miedo, al odio y al racismo, invocando la selección de personas, y dividiéndolas entre buenas y malas. ¿Hasta cuándo la religión y la política destrozarán la vida del hombre?, en nuestras manos está castigar a todos estos que viven del cuento, y a costa de la muerte de millones de personas. Escucha, nosotros somos los que tenemos el poder para tomar una goma, y borrar estos estigmas que aún siguen haciéndonos tanto daño; borrar estas líneas que prohíben la entrada de las personas que buscan una vida mejor, que huyen del sufrimiento, etc. ¿Acaso no tienen derecho?, ¿quién eres tú para decidir o encarcelar a una persona entre unas líneas manchadas de sangre?.

Debido a estos acotamientos de terrenos, se producen abusos de todo tipo, pues mientras tú gozas de “libertad”, un hombre semejante a ti, en el país vecino es torturado por expresar lo que piensa. Si no hubiera fronteras no habría competencias, ni guerras por su reparto; más bien, habría que infundir un respeto global para cada persona, para cada creencia, SIEMPRE que no coarte o persiga la libertad del otro.

Un mundo sin fronteras, donde todo es posible y nuestro único horizonte sea mejorar y ayudar a los demás, sin importar de qué zona vengan o el color de su piel, pues es totalmente absurdo, es como si quisiéramos diferenciarnos por el color de las camisetas, los rojos aquí, los azules allá, los morados más adelante… aunque creo… que hasta eso, también sucede en esta sociedad enferma.

No podemos consentir seguir enjaulados en un trozo de tierra, pues a todos nos pertenece el planeta entero, y no tiene el nombre de nadie. Es una locura que sigan muriendo millones de personas por culpa de tanto muro y tanto alambre de espinos, ¡es realmente cruel!, donde todos somos partícipes de esta atrocidad consentida.

Escucha, libera tu mente, ama a las personas en su exterior y más aún en su interior, no tienes nada que temer, deja tu odio irracional de una vez y todos tus prejuicios, ¿o quieres seguir siendo un homínido de los de hace miles de años?. 

Demuéstrale al mundo, que realmente has pasado página, céntrate en lo importante, castiga al político demente y no veas líneas donde solo hay personas, iguales que tú y que yo. Todos debemos aportar a este mundo nuestra genialidad, nuestra alegría y nuestra ayuda, son derechos que tenemos que poder ejercer en cualquier lugar del mundo, para dejar la esencia que nos hace únicos pero iguales a su vez.

Yo creo en una patria universal donde la vida se extiende hasta los lugares más recónditos, una patria sin límites y sin fronteras; una patria común cuyos intereses pertenezcan a todos los habitantes de ella,  como nos pertenece el aire, la luz y el calor del sol... despierta a una nueva forma de pensar…

Deja atrás al siglo veinte con sus barbaridades y atrocidades, no dejemos que se sigan repitiendo hoy en día... ¡reacciona!, vivimos en el siglo veintiuno y eso se tiene que notar...


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